Las diferencias entre perdularios y perdedores no están del todo claras. Es cierto que los perdularios acostumbran a perder cosas, materiales o inmateriales, y que los perdedores simplemente pierden, es decir no ganan, pero, ¿qué hay del que habitualmente pierde oportunidades, o los nervios, o la paciencia, o los papeles, o toda su fortuna...?
¿Qué hay, amigos, del que pierde la razón?
Ciertamente se puede ser perdedor por perdulario, pero ¿y lo contrario?
Al día de la fecha, no hay ningún estudio que acredite la tesis de que los perdedores pierden más cosas que los ganadores y ésta es una laguna que la sociedad de la información no debería permitirse. Un simple formulario a rellenar de forma obligatoria por todos aquellos que van a recoger pertenencias extraviadas a las oficinas de objetos perdidos podría recavar, de forma discreta, los datos necesarios para la elaboración de tal estudio, y el resultado del mismo podría dar un formidable golpe de timón a la historia de la humanidad. Piénsenlo, imaginen que se puede ser perdulario por ser perdedor, vayamos más lejos imaginemos que podemos demostrar sin margen de error que se es perdedor por ser perdulario y perdulario por ser perdedor. Esta simetría es simplemente una doble implicación: Ser perdulario sería equivalente a ser perdedor y tambien a la inversa. De aquí a poder resolver de un plumazo todas las lacras que aquejan a la humanidad sólo habría un pequeño paso. Adios a los terroristas, a los asesinos, a los pedantes, a los matones, a los malintencionados, a los idealistas, a los fundamentalistas, a los manipuladores, a los intervencionistas, a todos, en fin, los que corrompen la convivencia.
domingo, 23 de marzo de 2008
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